lunes, 8 de octubre de 2012

Woody

¿Conocen este chiste? Dos señoras de edad están en un hotel de alta montaña y dice una: Vaya, aquí la comida es realmente terrible. Y contesta la otra: Sí, y además las raciones son tan pequeñas... Pues, básicamente, así es como me parece la vida. Llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza... Y sin embargo se acaba demasiado deprisa.

Otro chiste importante para mí es uno que generalmente se le atribuye a Groucho Marx, pero creo que fue Freud quien lo dijo en relación con el subconsciente. Y dice así, en paráfrasis: Jamás pertenecería a un club que tuviese a alguien como yo de socio. Ése es el chiste clave de mi vida adulta en cuanto a mis relaciones con mujeres. ¿Saben? Últimamente pasan cosas muy raras por mi cabeza, porque yo ya soy cuarentón y supongo que estoy pasando por alguna crisis vital. No sé. No me preocupa la vejez, no, no soy de esos, aunque me estoy quedando calvo de la coronilla, y eso es lo peor que se puede decir de mí. Sin embargo, creo que con la edad mejoraré. Sí. Creo que seré un ejemplar del tipo viril, calvo, digamos lo contrario de un distiguido canoso. A menos que no sea ninguno de los dos y acabe siendo uno de esos babeantes que con la bolsa de la compra al brazo entra en la cafetería, predicando el socialismo.

Annie y yo rompimos, y aún no puedo hacerme a la idea, sigo examinando metalmente las piezas de nuestras relaciones y analizando mi vida para averiguar dónde surgió el fallo. ¿Comprenden? Y no... Hace un año estábamos enamorados, muy enamorados y... No crean que soy un tipo fúnebre, tristón, y tampoco un depresivo. Yo tuve una infancia razonablemente feliz, creo... Me crié en Brooklyn, en la Segunda Guerra Mundial. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Volver

Los recuerdos solo nos sirven para saber precisamente que es lo que no queremos para nuestra vida, pero frecuentemente son inútiles para definir que es lo que si queremos, y no nos ayudan en absoluto para trazar nuestro camino. 
Los recuerdos van en contra del sentido natural del universo, y nos hacen volver a un lugar que ya no está, nos hace ver a personas que ya no son, y los vivimos como quienes ya no somos. 
Volver atrás nunca ha ayudado al universo, nunca la humanidad a conseguido nada volviendo atrás, y nadie ha sido feliz volviendo atrás.
Pero, ¿Y si mañana se vuelve?
Nunca se vuelve, y esa es la mala noticia. Nadie ha sido capaz de volver, y siempre intentarlo es una mala decisión. 
Existe naturalmente la obsesión por volver. Volver a ser chicos, volver al colegio, volver a ser joven, volver a esa relación, volver a ese lugar, volver a..., pero esa obsesión es una perdida de tiempo. 
Reconocer esa imposibilidad y aceptar al futuro como única opción viable, no hace mas que liberarnos.